El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció este martes que el conflicto en Sudán, que estalló en abril de 2023 entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), ha provocado atroces crímenes contra la infancia, incluidos casos de violación de bebés de menos de un año. Desde principios de 2024, se han documentado más de 200 casos de abuso sexual infantil en el país.
Según Unicef, se han registrado 221 casos de violaciones de niños y niñas, incluidos bebés. Sin embargo, esta cifra podría ser solo una fracción del número real, ya que muchas familias no denuncian por miedo al estigma, represalias de los grupos armados o la falta de acceso a servicios médicos y de apoyo.
“Que niños y niñas de tan solo un año sean violados por grupos armados debería conmocionar a cualquiera y llevar a una acción inmediata”, declaró la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell. Además, advirtió que “millones de niños en Sudán están en riesgo de sufrir violencia sexual, que se está utilizando como una táctica de guerra”.
Children as young as one being raped by armed men should shock anyone to their core and compel immediate action.
— Catherine Russell (@unicefchief) March 4, 2025
In Sudan, sexual violence is used as a tactic of war. It’s an abhorrent violation of international law and could constitute a war crime.👇 https://t.co/JabmhN6NW3
De los 221 casos reportados, 147 corresponden a niñas, lo que representa dos tercios del total. Sin embargo, Unicef destacó que el hecho de que un tercio de las víctimas sean niños es igualmente alarmante. Entre los supervivientes, 16 son menores de cinco años, incluyendo cuatro bebés de un año.
El miedo a estos abusos ha obligado a muchas mujeres y niñas a huir a otras ciudades, donde terminan en campamentos informales o comunidades vulnerables, aumentando su riesgo de sufrir más violencia. Unicef advirtió que, aunque las consecuencias de estos ataques suelen quedar invisibilizadas, pueden dejar secuelas psicológicas graves, además de rechazo social, embarazos forzados, enfermedades de transmisión sexual, lesiones y otras complicaciones de salud.
Ante esta crisis, Unicef trabaja para crear espacios seguros que brinden apoyo a las víctimas de violencia de género e integrarlos en servicios médicos a través de clínicas móviles. También reiteró su llamado a todas las partes del conflicto para que cumplan con el Derecho Internacional Humanitario, protejan a los civiles —especialmente a los niños— y pongan fin de inmediato a la violencia sexual como arma de guerra.
Asimismo, la organización enfatizó la importancia de garantizar la seguridad de la infraestructura de servicios esenciales y de los trabajadores humanitarios para que puedan continuar su labor. Además, instó a que los sistemas de manejo de datos personales sean reforzados para asegurar que los responsables de estos crímenes rindan cuentas.
Por último, Unicef pidió a los donantes que prioricen el financiamiento de programas para combatir la violencia de género, advirtiendo que el tiempo se agota para detener la expansión de esta crisis y evitar que siga dejando un impacto devastador en la infancia sudanesa.
