La potencia destructiva del asteroide 2024 YR4 equivaldría a 500 bombas de Hiroshima, siendo capaz de arrasar una ciudad completa o generar un tsunami si impactara cerca de la costa, según expertos.
El asteroide 2024 YR4, descubierto recientemente por astrónomos, ha alcanzado una probabilidad del 3.1 % de impactar la Tierra en 2032, la cifra más alta jamás registrada en la historia de la vigilancia de estos objetos, según datos publicados este miércoles 19 de febrero por Sentry, el sistema automatizado de predicción de impactos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA.
Posible impacto y consecuencias
Con un tamaño estimado de entre 40 y 90 metros de ancho, el asteroide podría chocar contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032, generando un impacto devastador. De acuerdo con científicos, su potencia podría ser 500 veces mayor que la bomba de Hiroshima, suficiente para destruir una ciudad entera o provocar un tsunami si el impacto ocurriera en el océano.
A pesar de la alerta, expertos piden cautela, ya que las predicciones actuales se basan en datos preliminares y podrían cambiar en los próximos meses.
“No entro en pánico, pero es importante seguir vigilando este asteroide”, declaró Bruce Betts, de la organización Planetary Society.
Monitoreo y precedentes históricos
El caso de 2024 YR4 recuerda al asteroide Apophis, que en la década de 2000 generó preocupación por su 2.7 % de probabilidad de impacto en 2029, aunque posteriormente se descartó el riesgo.
Los astrónomos esperan mejorar las predicciones con nuevas observaciones en marzo, especialmente con el telescopio espacial James Webb. Sin embargo, el tiempo es clave, ya que 2024 YR4 pronto dejará de ser visible para los telescopios terrestres y no podrá ser observado nuevamente hasta 2028.
Según estimaciones actuales, este asteroide podría tener un impacto similar al evento de Tunguska en 1908, cuando un meteorito arrasó cientos de miles de hectáreas de bosque en Siberia.
¿Es posible desviar el asteroide?
Si el riesgo de impacto se mantiene, la comunidad científica podría considerar una misión para desviar su trayectoria.
En 2022, la NASA logró alterar el curso de un asteroide inofensivo con la misión DART, marcando un hito en la defensa planetaria. Este tipo de tecnología podría utilizarse en el futuro si 2024 YR4 representa una amenaza real.
Por ahora, los científicos continúan con el monitoreo y se espera que en los próximos meses haya una actualización clave sobre su trayectoria.