No habrá paz si se negocia a espaldas de Ucrania. Así de claro ha sido el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, que ha comparecido en Ankara visiblemente enfadado con Estados Unidos, quien hasta ahora ha sido su principal sostén militar frente a la invasión rusa iniciada hace tres años, por haber abierto un diálogo con Moscú.
“Tengo la impresión de que se está negociando entre representantes de Rusia y de Estados Unidos. Sobre Ucrania, pero sin Ucrania”, ha denunciado Zelenski tras reunirse con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan. Y ha advertido: “Si anteriormente no hemos cedido ante los ultimátums, no sé por qué ahora tienen la sensación de que lo haremos”.
De hecho, el presidente de Ucrania ha anunciado durante la rueda de prensa que ha cancelado la visita a Riad que tenía prevista para este miércoles. Se trataba de un viaje planeado de antemano para tratar cuestiones bilaterales con los saudíes, pero Zelenski ha subrayado que no quiere dar la “impresión errónea” de que tiene que ver con las negociaciones iniciadas por Washington y Moscú, dado que, según la prensa ucrania, la delegación estadounidense tenía previsto quedarse un día más en Riad para coincidir con él. Zelenski ha explicado que pospone su visita a la capital saudí hasta el 10 de marzo y que esperará a los emisarios de la Casa Blanca en Kiev.
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Zelenski ha asegurado que no se opone a unas negociaciones de paz y ha incidido en que “ni Rusia ni Ucrania pueden vencer en el campo de batalla”. También en que los contactos diplomáticos pueden tener un “efecto positivo”, pero ha puesto varias condiciones para ello. La primera, que, además de Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea y Turquía también se sienten a la mesa de negociaciones. La segunda, que se le den “garantías de seguridad” para que no se repita la invasión rusa. Además, ha reclamado que se comience por promover “medidas para crear confianza”. Para probar la “voluntad” del presidente ruso, Vladímir Putin, Zelenski ha propuesto que primero se acuerde un intercambio de prisioneros.
Eso sí, antes de su reunión con el presidente turco, durante la inauguración del nuevo edificio de la Embajada de su país en Ankara, el líder ucranio había dejado claro que “bajo ninguna circunstancia” aceptará “reconocer el territorio ocupado” en Ucrania como parte de Rusia. Una de las demandas de Moscú para acordar la paz es que Kiev renuncie a la península de Crimea y a la región de Donbás.
Turquía es de la misma opinión. Erdogan ha subrayado tras su encuentro con Zelenski que, para su Gobierno, “la integridad territorial y la soberanía” de Ucrania son “condición sine qua non” para la paz. El Gobierno turco incluye también en esta integridad territorial la región de Crimea —que lleva ocupada por Rusia desde 2014 y que analistas y fuentes diplomáticas dan por perdida para Kiev— por ser hogar de los tártaros crimeos, de los que Ankara se postula como garante porque mantienen profundos lazos lingüísticos, culturales e históricos con Turquía (de ahí proceden los primeros ideólogos del nacionalismo turco, a los que expulsó el Imperio ruso y se refugiaron en Estambul en el siglo XIX).}
Con todo, Erdogan ha felicitado la “la iniciativa diplomática de Trump” y se ha postulado como mediador entre Ucrania y Rusia, dos países con los que mantiene buenas relaciones, además de ofrecer Turquía como sede de futuras conversaciones de paz (ya hubo dos intentos, fallidos, al inicio de la invasión rusa en 2022). “Esta guerra ha costado la vida a miles de personas inocentes y debe terminar ya”, ha recordado Erdogan: “No habrá perdedores si la paz es justa”.