Tapachula (México) .- La ciudad de Tapachula, en la frontera sur de México, ha comenzado a emplear a migrantes que quedaron varados debido a las restricciones impuestas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. A través de cuadrillas municipales, estos extranjeros trabajan en labores de limpieza y embellecimiento urbano, en el marco de un programa de asistencia humanitaria impulsado por el Gobierno federal y el estado de Chiapas.
Para muchos migrantes, la posibilidad de obtener un empleo representa un alivio, ya que les permite cubrir sus necesidades básicas mientras esperan la resolución de sus trámites ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).
Asistencia humanitaria y repatriaciones voluntarias
Desde el 20 de enero, el Gobierno mexicano ha recibido a 10,964 migrantes deportados desde Estados Unidos, incluyendo 2,539 de otras nacionalidades. Ante esta situación, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha reiterado su compromiso con la asistencia humanitaria, aunque también ha facilitado retornos voluntarios a los países de origen.
“Han salido vuelos de México hacia Honduras, así como transporte terrestre. Es un proceso voluntario. Si así lo desean, los acompañamos para que puedan regresar a sus países de origen”, declaró la mandataria en su conferencia del viernes.
No obstante, algunos migrantes han optado por quedarse en México y actualmente trabajan en Tapachula para costear su renta y alimentación, aunque solicitan que la Comar agilice los procesos de asilo.
Tapachula, un refugio para migrantes
Las autoridades locales destacan que Chiapas y México en general han mantenido una política de hospitalidad hacia los migrantes, sin criminalizarlos ni discriminarlos. Este esfuerzo de integración laboral representa una esperanza para cientos de migrantes que buscan estabilidad en México, a la vez que contribuyen al mantenimiento y mejora de Tapachula, una de las ciudades con mayor recepción de extranjeros en el país.