El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de un 25% de aranceles a las importaciones de acero y aluminio para todos los países, sin especificar una fecha exacta de entrada en vigor.
En plena celebración del Super Bowl, Trump detalló que estos gravámenes afectarán las importaciones de metales, lo que podría impactar las exportaciones de aluminio de México a Estados Unidos.
Según Data México, en 2023, nuestro país exportó 2,065 millones de dólares en aluminio a EE.UU., consolidándose como su principal destino. Otros compradores incluyen Brasil (51.6 millones de dólares), Corea del Sur (32.1 millones), Canadá (31.3 millones) y China (28.4 millones).
Los estados con mayores exportaciones de aluminio
De acuerdo con la Secretaría de Economía, los estados mexicanos con mayores ventas internacionales de aluminio y sus manufacturas en 2023 fueron:
- Nuevo León: 712 millones de dólares.
- Baja California: 550 millones de dólares.
- Chihuahua: 292 millones de dólares.
- Ciudad de México: 286 millones de dólares.
- Estado de México: 185 millones de dólares.
¿Por qué Trump impone aranceles?
La nueva medida arancelaria surge tras la suspensión temporal de gravámenes a México y Canadá como parte de un intento por frenar la migración y el tráfico de fentanilo en la frontera con EE.UU. Esta suspensión tiene vigencia hasta el 4 de marzo.
Trump ha utilizado los aranceles como una estrategia para reducir los déficits comerciales y fortalecer la economía estadounidense. Además del acero y el aluminio, el pasado 27 de enero anunció que su gobierno analizaba la imposición de aranceles a chips semiconductores y productos farmacéuticos fabricados en el extranjero.
“Vamos a revisar los productos farmacéuticos, los chips semiconductores y el acero, entre otras industrias”, declaró Trump en un retiro de republicanos en Florida. “Si quieren evitar los impuestos o aranceles, tendrán que construir su planta aquí mismo en Estados Unidos”, agregó.
Escalada comercial con China
La semana pasada, Trump impuso un arancel del 10% a productos chinos, lo que provocó represalias por parte de Beijing, que anunció nuevas medidas contra bienes estadounidenses valorados en 14,000 millones de dólares anuales.
Economistas advierten que estas políticas pueden aumentar los costos para los fabricantes estadounidenses, elevar los precios para consumidores que ya enfrentan inflación y reducir los flujos comerciales sin generar los ingresos esperados.