Ciudad de México.- Los 32 gobernadores de México expresaron su apoyo al posicionamiento de la Presidenta Claudia Sheinbaum frente a las acusaciones de la Casa Blanca y la imposición de aranceles a productos mexicanos.
A través de un comunicado de la Conferencia Nacional de Gobernadoras y Gobernadores (Conago), los mandatarios estatales, incluidos los de la Oposición, condenaron enérgicamente las acusaciones que sugieren una alianza entre el Gobierno de México y los cárteles del narcotráfico. “Estas afirmaciones carecen de sustento”, señalaron, y destacaron los esfuerzos verificables del país en la lucha contra el crimen organizado.
Bajo el liderazgo de Sheinbaum, los gobernadores resaltaron el refuerzo de las acciones contra el narcotráfico, que incluyen operativos estratégicos, la captura de líderes criminales y el fortalecimiento de la cooperación internacional en materia de seguridad. “El gobierno de México ha asumido con responsabilidad su papel en la lucha contra el crimen organizado”, agregaron.
En respuesta a los aranceles del 25% a productos importados de México, la Casa Blanca acusó al gobierno mexicano de tener una “alianza con cárteles”. Según un comunicado de la Casa Blanca, el Gobierno de México habría proporcionado refugios seguros a las organizaciones de narcotráfico para la fabricación y transporte de narcóticos peligrosos.
En su réplica, la Presidenta Sheinbaum calificó las acusaciones como una calumnia y señaló que “si en algún lugar existe tal alianza, es en las armerías de los Estados Unidos”. Además, anunció que México tomaría medidas arancelarias como respuesta a las nuevas tarifas impuestas.
Sheinbaum instruyó al secretario de Economía a implementar un “plan B” que incluiría medidas arancelarias y no arancelarias para defender los intereses de México.
Por su parte, los gobernadores señalaron que la lucha contra el crimen organizado “no es solo tarea de México”, sino un desafío compartido que requiere corresponsabilidad y acciones conjuntas entre ambos países. En cuanto a los aranceles, indicaron que “perjudicarán a ambos países, a sus trabajadores y empresas”, interrumpiendo cadenas de suministro esenciales y afectando la competitividad de América del Norte.
Finalmente, los mandatarios expresaron que las relaciones entre México y Estados Unidos deben basarse en respeto, diálogo y cooperación, en lugar de en descalificaciones infundadas o políticas que afectan las economías y a millones de ciudadanos en ambos lados de la frontera.