Jartum, 1 de febrero de 2025. Un ataque contra un mercado en la ciudad de Omdurmán, vecina a la capital Jartum, dejó al menos 54 muertos y 158 heridos, en uno de los peores episodios de violencia desde el inicio de la guerra en Sudán en abril de 2023. Tanto el Gobierno sudanés como el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) se han acusado mutuamente de ser responsables del ataque.
El Ministerio de Salud de Sudán informó que el bombardeo alcanzó el mercado de Sabreen, en el distrito de Karari, causando graves daños y una cifra significativa de víctimas. El Hospital Al Naw recibió a la mayoría de los afectados, mientras que otros heridos fueron trasladados al Hospital Sawaeed.
Acusaciones cruzadas
El gobierno sudanés condenó el ataque, calificándolo de “acto criminal” y responsabilizando a las FAR. “Este ataque se suma al sangriento historial de esta milicia, que ha llevado a cabo ataques similares en otras ciudades como Al Fasher, en Darfur Norte”, declaró el portavoz gubernamental, Jaled al Aiser. Además, hizo un llamado a la comunidad internacional para que clasifique a las FAR como una organización terrorista y se procese a sus líderes, incluyendo a Mohamed Hamdan Dagalo, alias “Hemedti”.
Por su parte, las FAR negaron su participación en el ataque y acusaron al Ejército sudanés de ser responsable del bombardeo. “No tuvimos como objetivo ninguna zona poblada en Omdurmán. Los proyectiles de artillería provinieron de plataformas militares del Ejército y sus milicias”, señalaron en un comunicado.
El conflicto en Sudán se intensifica
El ataque ocurre en un momento en el que el Ejército sudanés ha logrado recuperar varias zonas estratégicas del estado de Jartum, incluyendo Jartum Norte y la refinería de Yelei. Hemedti reconoció recientemente estas pérdidas en un mensaje de video y prometió a sus seguidores que tomarán represalias.
Desde el inicio del conflicto, decenas de miles de personas han muerto y más de 12 millones han sido desplazadas. Según la ONU, en 2025 se estima que más de 30 millones de sudaneses necesitarán ayuda humanitaria debido a la crisis, con niveles alarmantes de desnutrición e inseguridad alimentaria.
La situación en Sudán sigue deteriorándose, mientras la comunidad internacional observa con preocupación la creciente violencia y el impacto humanitario del conflicto.