Cd. de México.- Melania Trump optó por un elegante blanco y negro para su retrato oficial, fotografiada nuevamente por la belga Regine Mahaux, quien ya la había retratado en 2017, cuando su esposo, Donald Trump, fue elegido Presidente de Estados Unidos.
En esta imagen, la ex primera dama luce un smoking negro de seda con una silueta estilizada y fajilla a juego, combinado con una blusa blanca tipo masculino.
“El smoking, que resalta su esbelta figura de modelo, simboliza empoderamiento. El negro aporta seriedad y fuerza, mientras que la ausencia de corbata le da un toque menos austero. No obstante, el resultado transmite la imagen de una persona atractiva, pero distante y fría”, comenta Lucy Lara, experta en moda.
A pesar de un maquillaje suave y ondas en su melena que suavizan el look, Melania aparece en el Salón Oval de la Casa Blanca, con sus manos firmemente apoyadas sobre un escritorio de madera reluciente. En el fondo, se observa el Obelisco, un ícono de Washington.
“El traje tiene un toque masculino, y el contraste de blanco y negro comunica poder y autoridad. Además, el círculo alrededor de ella refuerza la idea de una figura inaccesible”, agrega Mónica Bravo, experta en imagen.
Ambas expertas coinciden en que la pose es seria, austera y desafiante, con la mirada fija directamente hacia la cámara.
Este retrato contrasta con los de las Primeras Damas anteriores, quienes generalmente posaban en colores más vibrantes y con gestos más amables; por ejemplo, Jill Biden eligió un tono azul brillante.
Melania Trump también fue centro de controversia en la toma de posesión de su esposo, cuando usó un sombrero tipo “canotier” que le cubría parcialmente el rostro, lo que evitó que él le diera un beso, además de un abrigo azul intenso de corte militar.