PACHUCA, HGO.- Este 18 de enero se conmemoró el sexto aniversario de la tragedia en Tlahuelilpan, Hidalgo, donde la explosión de un ducto de Pemex dejó 137 personas fallecidas y marcó un episodio doloroso en la memoria colectiva de México. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos gubernamentales por erradicar el robo de hidrocarburos, este delito continúa siendo una de las principales problemáticas en el estado.
El aniversario estuvo opacado por dos incidentes recientes relacionados con el huachicol. En Tlahuelilpan, dos camionetas utilizadas para el robo de combustible se incendiaron en la colonia Munitepec, cerca de ductos de Pemex. Las autoridades encontraron en el lugar 150 metros de manguera de alta presión, evidencia de la actividad clandestina. Una de las camionetas contaba con placas del Estado de México.
En otro incidente en Tepeji del Río, la explosión de un ducto de gas LP movilizó a cuerpos de emergencia estatales y locales. Las llamas, que alcanzaron los 25 metros de altura, tardaron más de 12 horas en ser controladas. Durante el operativo, un bombero identificado como Simón Edgar Alcántara García, originario de Jilotepec, Estado de México, perdió la vida al chocar la pipa de agua que transportaba al sitio del siniestro.
En el lugar se descubrieron seis tomas clandestinas conectadas a un ducto de 16 pulgadas, y tres bodegas quedaron destruidas, presuntamente utilizadas como fachada para el robo de combustible. El subsecretario de Protección Civil, Román Bernal, confirmó que no hubo más decesos y que se realizan peritajes en la zona.
UN DELITO PERSISTENTE EN HIDALGO
Datos de Pemex revelan que entre enero y septiembre de 2024 se detectaron 8 mil 038 tomas clandestinas en el país, lo que representa una disminución del 10.34% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, Hidalgo sigue liderando las cifras nacionales con mil 911 tomas reportadas, aunque esto también refleja una disminución del 35.98%. En promedio, se identifica una toma clandestina en el estado cada tres horas y 26 minutos.
Los municipios con mayor incidencia son Cuautepec (326 tomas), Tula (125) y Tlahuelilpan (68). Estas cifras confirman que, pese a las estrategias implementadas por el Gobierno Federal, el robo de hidrocarburos persiste como un problema grave.
RECUERDO DE LA TRAGEDIA
El 18 de enero de 2019, una toma clandestina en un campo de alfalfa en Tlahuelilpan atrajo a cientos de personas que, armadas con bidones, buscaban recolectar gasolina tras llamados difundidos en redes sociales. A pesar de la presencia de militares y cuerpos de seguridad, la multitud no fue dispersada, y horas después, una explosión cobró la vida de 137 personas, dejando también 190 niños huérfanos.
Seis años después, las imágenes de aquella noche siguen siendo un recordatorio de los riesgos asociados al huachicol.
A pesar de los avances en la detección de tomas clandestinas y las campañas de concientización, el robo de hidrocarburos sigue siendo una amenaza latente en Hidalgo, donde la combinación de pobreza, impunidad y delincuencia organizada perpetúa este delito.