TEL AVIV, Israel — El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu indicó el viernes que se ha alcanzado un acuerdo para devolver a los rehenes retenidos en la Franja de Gaza, luego de que su oficina indicara previamente que había obstáculos de último momento para finalizar un alto el fuego que establecería una pausa en 15 meses de guerra.
Netanyahu dijo que convocaría a su gabinete de seguridad más tarde y luego al gobierno para aprobar el largamente esperado acuerdo.
La declaración de Netanyahu pareció allanar el camino para que el gobierno israelí apruebe el acuerdo, que establecería una pausa en los combates en la Franja de Gaza y permitiría que decenas de rehenes retenidos por milicianos en Gaza sean liberados a cambio de prisioneros palestinos retenidos por Israel. También permitiría que cientos de miles de palestinos desplazados regresen a lo que queda de sus hogares en Gaza.
Mientras tanto, ataques aéreos israelíes mataron al menos a 72 personas el jueves en el territorio devastado por la guerra.
En un principio Israel aplazó una votación el jueves sobre el alto el fuego, diciendo que una disputa de último momento con Hamás retrasó la votación, mientras que las crecientes tensiones en la coalición gubernamental de Netanyahu suscitaron preocupaciones sobre la implementación del acuerdo, apenas un día después de que el presidente estadounidense Joe Biden y Qatar —un mediador clave en el proceso— anunciaran que ya había sido finalizado.
La oficina de Netanyahu acusó a Hamás de retractarse de partes del acuerdo en un intento por obtener más concesiones, sin especificar cuáles partes.
En una sesión informativa el jueves, David Mencer, un portavoz del gobierno israelí, dijo que las nuevas exigencias de Hamás versaban sobre el despliegue de fuerzas israelíes en el corredor Filadelfia, la estrecha franja fronteriza con Egipto que fue tomada en mayo por soldados israelíes.
Hamás negó las afirmaciones. Izzat al-Rishq, un alto funcionario del grupo islamista, declaró que éste “está comprometido con el acuerdo de alto al fuego, que fue anunciado por los mediadores”.
El acuerdo de alto al fuego ha encontrado una intensa resistencia por parte de los socios de la coalición de ultraderecha de Netanyahu, de cuyo apoyo depende el primer ministro israelí para permanecer en el poder. El jueves, el ministro de seguridad nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir —de línea dura—, amenazó con renunciar al gobierno si Israel aprueba el alto al fuego.
El ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Badr Abdelatty, exhortó a Israel y a Hamás a implementar un plan de cese del fuego en Gaza “sin ninguna demora” en una entrevista exclusiva el jueves con The Associated Press. Egipto ha sido un mediador clave entre ambos enemigos durante años y un destacado actor en las negociaciones de alto al fuego en curso.
El pacto anunciado el miércoles supondrá la liberación de decenas de rehenes retenidos en Gaza y una pausa en los combates con vistas a un final definitivo de un conflicto que durante los últimos 15 meses ha desestabilizado Oriente Medio y provocado protestas en todo el mundo.
Hamás desató la guerra con su ataque transfronterizo el 7 de octubre de 2023, en el que mató a unas 1.200 personas —en su mayoría civiles— y tomó a 250 más como rehenes.
Israel respondió con una devastadora ofensiva que ha cobrado la vida de más de 46.000 personas en el territorio, según funcionarios locales de salud, cuyo conteo no distingue entre víctimas civiles y combatientes, pero dicen que más de la mitad de los muertos son mujeres y niños.
La campaña militar ha destruido vastas zonas de Gaza y ha desplazado aproximadamente al 90% de sus 2,3 millones de habitantes. Cientos de miles de personas luchan contra el hambre y las enfermedades en sórdidos asentamientos de tiendas de campaña en la costa, según Naciones Unidas.
Netanyahu enfrenta gran presión interna
El primer ministro israelí enfrenta gran presión interna para recuperar a decenas de rehenes, cuyas familias le han suplicado que dé prioridad a la liberación de sus seres queridos por encima de la política.
Pero las divisiones israelíes sobre el acuerdo estuvieron plenamente a la vista el jueves, luego de que Ben-Gvir —un socio clave de la coalición gubernamental y miembro del gabinete— amenazó con renunciar, diciendo que el alto al fuego era “imprudente” y “destruiría todos los logros de Israel”.
La salida del partido Poder Judío de Ben-Gvir reduciría el número de escaños de la coalición gobernante en el Parlamento israelí, o Knésset, de 68 a 62, dejando al gobierno de Netanyahu con sólo la más mínima de las mayorías. Ben-Gvir dijo que su partido volvería a la coalición si Israel reanuda la guerra.
La renuncia de Ben-Gvir no derribaría al gobierno ni descarrilaría el acuerdo de alto al fuego. Pero la medida desestabiliza al gobierno israelí en un momento delicado y podría llevar a su colapso si otros aliados clave de Netanyahu se unen a Ben-Gvir.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, por ejemplo, se opone vehementemente al acuerdo y ha exigido que Netanyahu prometa reanudar la guerra contra Hamás después de la primera fase del alto al fuego como condición para que su partido permanezca en la coalición.
Una noche de intensos ataques israelíes
Palestinos en Gaza reportaron un intenso bombardeo israelí durante la noche mientras la gente celebraba el acuerdo de alto al fuego. En conflictos anteriores, ambas partes han intensificado las operaciones militares en las últimas horas antes de que se anuncien los ceses del fuego, una estrategia para demostrar fuerza.
“Esperábamos que la ocupación (israelí) intensificaría el bombardeo, como lo hicieron cada vez que hubo reportes de avances en las conversaciones de tregua”, señaló Mohamed Mahdi, quien se refugia en la ciudad de Gaza.
El Ministerio de Salud de Gaza indicó que los ataques israelíes han matado al menos a 72 personas desde que se anunció el acuerdo de alto al fuego. Dijo que la cifra de muertos de los ataques del jueves sólo incluye cuerpos llevados a dos hospitales en la ciudad de Gaza y que el número real probablemente sea más alto.
“Ayer fue un día sangriento, y hoy es más sangriento”, manifestó Zaher al-Wahedi, un funcionario del Ministerio de Salud.
El ejército israelí indicó que había atacado aproximadamente 50 blancos de combatientes en toda la Franja de Gaza durante el último día, incluidas instalaciones de almacenamiento de armas y sitios de lanzamiento de cohetes.
La ansiedad se extendió por Gaza el jueves con la noticia de las disputas de último momento entre Hamás y funcionarios israelíes.
“Les pedimos a nuestros hermanos en Hamás que se comuniquen con los mediadores para poner fin a la guerra”, suplicó Omar Jendiya, en Deir al-Balah. “Basta de destrucción y muerte”.
Una retirada y liberación de rehenes por fases, con posibles escollos
Según el acuerdo alcanzado el miércoles, 33 de unos 100 rehenes que permanecen en Gaza serán liberados en las próximas seis semanas a cambio de cientos de palestinos encarcelados por Israel. Las fuerzas israelíes se retirarán de muchas áreas, cientos de miles de palestinos podrían regresar a lo que queda de sus hogares, y habría un aumento de la asistencia humanitaria.
El resto de los rehenes, incluidos los soldados varones, serán liberados en una segunda —y mucho más difícil— fase que se negociará durante la primera. Hamás ha dicho que no liberará a los cautivos restantes sin un alto al fuego duradero y una retirada israelí total, mientras que Israel ha prometido seguir luchando hasta que desmantele al grupo y mantenga un control de seguridad indefinido sobre el territorio.
El alto al fuego deja preguntas sin respuesta sobre el futuro de Gaza
El enviado para Oriente Medio del presidente electo estadounidense Donald Trump se unió a las conversaciones en las últimas semanas. El gobierno saliente en Washington y el equipo de Trump están tomando el crédito por los avances.
Permanecen las preguntas a largo plazo sobre la Gaza posterior a la guerra, incluida la de quién gobernará el territorio o supervisará la ingente tarea de reconstrucción.
Israel ha recibido fuertes críticas internacionales, incluidas algunas de su aliado más cercano, Estados Unidos, por la cifra de civiles muertos en Gaza. También culpa a Hamás por las bajas civiles, acusándolo de usar escuelas, hospitales y áreas residenciales para fines militares.
Hamás ha estado bajo una abrumadora presión debido a la invasión israelí de las ciudades y pueblos más grandes de Gaza y la toma de la frontera entre Gaza y Egipto. Sus principales líderes, incluido Yahya Sinwar —quien se cree ayudó a planear el ataque de 2023—, han sido asesinados.
Pero sus combatientes se han reagrupado en algunas de las áreas más afectadas después de la retirada de las fuerzas israelíes, lo que plantea la perspectiva de una insurgencia prolongada si la guerra continúa.