El Plan México, conformado por 13 metas, tiene el objetivo de potenciar el desarrollo del país, a través de la generación de empleos, sostenibilidad empresarial, así como disminuir la pobreza y desigualdad.
Pero, uno de los puntos que involucran a las empresas es la cuarta meta, que menciona lo siguiente: “50% de la proveeduría, y el consumo nacional, serán hechos en México en los sectores textil, calzado, mobiliario y juguetes”.
Además de reducir el consumo de productos provenientes de China, se planea recuperar más de 49,000 empleos de la industria textil y de zapatos, de los cuales Guanajuato, Estado de México, Jalisco, Coahuila, Hidalgo y Chihuahua serán los principales estados beneficiados.
De tal manera que esto impacta en las empresas mexicanas, sobre todo a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), puesto que uno de sus mayores competidores son los productos chinos.
Pero el camino no es fácil, ya que las empresas mexicanas tienen como diferenciador la calidad, pero compiten con los precios bajos de los productos de origen asiático, argumenta Mario Romero, director de Impact Hub CDMX.
Principales retos para las empresas mexicanas
Durante estos últimos años, el aumento de productos chinos al país ha afectado a empresas consolidadas, negocios familiares y emprendimientos, ya que los precios bajos son un atractivo para el consumidor, dejando a un lado la calidad.
“Para nosotros es importante el factor diferenciador, pues la realidad es que en China no existen ciertas regulaciones o controles sobre estos productos”.
Por ello, uno de los principales factores que ayudarían a las empresas mexicanas, es ofrecer garantías y mejorar la experiencia con el cliente. Asimismo, las empresas no deben dejar de invertir en la calidad.
No es competir por un precio, jamás. Necesitamos que las empresas mexicanas trabajen en factores diferenciadores”.
Un ejemplo de un diferenciador, son las condiciones socioambientales que diferencian a México de China, por lo que las empresas también pueden apostar por procesos que tengan un menor impacto ambiental.
Falta de formalización para ser parte de la proveeduría
Otro de los retos que enfrentan las empresas que quieran sumarse a proveeduría y ser acreedoras a inversiones, es que muchas se encuentran en la informalidad y no están institucionalizadas.
En el país, el 17.3% de los emprendimientos no está bajo una figura legal, ya que la principal razón es que sienten que no generan suficientes ventas para formalizar el negocio (69.8%), según datos de la Asociación de Emprendedores de México (Asem).
“La realidad es que en México existe financiamiento, pero lo que nos dicen los datos es que también este financiamiento no se está utilizando porque las mismas empresas no tienen manera de comprobar sus ingresos”.
¿Lo ‘Hecho en México’ cambia la percepción del consumidor?
Una estrategia para incrementar el consumo nacional es el relanzamiento del programa “Hecho en México”, como parte del Plan México, el cual consiste en destacar los productos nacionales frente los que provienen del extranjero.
Asimismo, su origen se remonta a 1978, por parte de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, con la finalidad de promover el consumo nacional. Esto tuvo un impacto en el consumidor y en la cultura mexicana.
Pero en la actualidad, el comportamiento del consumidor ha cambiado y ya no se prioriza la preferencia de los productos nacionales debido a que hay más opciones en el mercado, sobre todo en el comercio electrónico.
Sin embargo, resaltar que un producto proviene de un país y otro, ya no es relevante como antes, a menos que tenga factores diferenciadores.
“No es una fuerte estrategia y eso lo vemos en Estados Unidos, que se dice donde fue creado, donde fue diseñado y luego donde fue facturado, pero ya no hace una gran diferencia en el mercado”.
A causa de esto, Mario Romero puntualiza en que las empresas deben innovar y utilizar nueva tecnología, pero para lograrlo, se debe hacer hincapié en la fuga de talento, el cual es un problema porque las empresas necesitan fuerza laboral capacitada para manejar las nuevas tecnologías.
Para nosotros es un binomio importante para poder asegurar que las empresas crezcan, pero el reto es que la fuerza laboral se pierde, hay una fuga de talentos, que se van donde hay mejores oportunidades”.