El presidente electo Donald Trump evalúa la posibilidad de emitir una orden ejecutiva que suspenda de 60 a 90 días la implementación de una ley contra TikTok, permitiendo a su administración negociar una venta o alternativa, según un reporte de The Washington Post.
Esta medida, que plantea dudas legales, busca dar un respiro a la popular aplicación de origen chino, la cual enfrenta una prohibición en todo el país a partir del domingo.
Trump ha considerado formas de salvar la aplicación al explorar métodos de negociación poco convencionales y estrategias legales, como revertir mediante una orden ejecutiva la ley, aprobada el año pasado con apoyo bipartidista en el Congreso, según fuentes de medio cercanas a las discusiones y quienes hablaron bajo anonimato.
El interés de Trump por ser visto como el salvador de TikTok ha llevado a sus asesores y aliados a buscar opciones que le permitan cumplir su promesa de campaña de “salvar TikTok,” como ha mencionado repetidamente en su cuenta de TikTok, donde cuenta con más de 14 millones de seguidores.
El desafío radica en cómo proceder. La ley firmada por el presidente Joe Biden el año pasado exige que ByteDance, la empresa matriz china de TikTok, venda la aplicación antes del 19 de enero o enfrente una prohibición.
La Corte Suprema revisó recientemente el desafío legal de TikTok contra esta ley, aunque aún no ha emitido un fallo, se espera que permita que la ley entre en vigor. Esta medida tiene como objetivo abordar las preocupaciones del Departamento de Justicia sobre posibles espionajes o propaganda por parte del gobierno chino a través de la aplicación.
Una fuente cercana a The Washington Post afirmó que Trump está ansioso por firmar una orden ejecutiva justo antes de la fecha límite, lo que daría un toque dramático al proceso.
Sin embargo, algunos expertos legales dudan de la efectividad de esta estrategia, argumentando que una orden ejecutiva no puede invalidar una ley aprobada por el Congreso. Alan Rozenshtein, exasesor de seguridad nacional, comentó que las órdenes ejecutivas son más declaraciones de intenciones que actos legales vinculantes, y que TikTok seguiría enfrentando restricciones bajo la ley vigente.
Los aliados de Trump han trabajado para presentarlo como el único capaz de salvar TikTok, argumentando ante la Corte Suprema que posee la experiencia y voluntad política para negociar una resolución favorable.
Durante su primer mandato, Trump intentó prohibir TikTok, pero en años recientes ha elogiado la aplicación como una herramienta para llegar a votantes jóvenes y desafiar a grandes empresas tecnológicas como Meta.
El CEO de TikTok, Shou Zi Chew, viajó a Mar-a-Lago para discutir la situación con Trump, quien luego destacó su popularidad en la plataforma, donde sus videos han sido vistos casi 4 mil millones de veces. Trump expresó su renuencia a deshacerse de TikTok en una publicación en Truth Social, y su equipo de transición no comentado al diario al respecto.
Según The Washington Post, Trump podría presionar al Congreso para derogar la ley, aunque esto sería difícil debido al apoyo bipartidista que recibió. También podría ordenar a su fiscal general que no haga cumplir la ley. Algunos en su entorno han sugerido una venta parcial de la compañía para cumplir con la ley y dar a Trump el crédito por cerrar el trato.
Sin embargo, una venta parece poco probable debido a los riesgos políticos y el alto costo, estimado en 50 mil millones de dólares.
Además, el atractivo de TikTok ha disminuido con el auge de competidores como Instagram y YouTube, y los posibles compradores podrían enfrentar escrutinio antimonopolio o riesgos legales.