Fue una marcha convocada por una agrupación llamada “Culiacán Valiente”, que se presumió como un proyecto apartidista, aunque uno de sus organizadores principales es Esteban García, ex diputado local por Acción Nacional (PAN) y esposo de la actual presidenta de ese partido en Sinaloa.

A la convocatoria asistieron empresarios como Enrique Riveros Echavarría, de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán (AARC); Martha Reyes Zazueta de Coparmex, y Manuel Clouthier Carrillo, empresario inmobiliario y ex diputado federal independiente.

También asistieron colectivos de la población LGBT como Sinaloa Incluyente, así como madres buscadoras de distintos colectivos, quienes fueron invitadas por la organización.

A minutos de comenzar la marcha, García llamó por teléfono a María Isabel Cruz Bernal, madre buscadora y fundadora del colectivo Sabuesos Guerreras, le pidió hiciera a un lado tres mamparas con fichas de personas desaparecidas, pues en el lugar se había colocado un altar a nombre de Juan Carlos Sánchez Palacios, hombre asesinado una semana antes de esta marcha en el fraccionamiento Tres Ríos.

Cruz Bernal le dijo que no estaba de acuerdo, pero que respetaba su marcha.

Apenas colgó, mencionó que no podía dejarse fuera las 135 desapariciones registradas en los últimos 20 días a causa de la confrontación entre dos grupos del Cartel de Sinaloa, motivo por el que fue convocada la marcha.

Al contingente se sumó por unos minutos un grupo de 500 motociclistas, quienes se retiraron antes de la caminata.

Las madres buscadoras se colocaron al frente y gritaron consignas de exigencia de justicia.

“¿Dónde están, dónde están, nuestros hijos dónde están?”, expresaban.

Los organizadores alzaron la voz también, pero con otra consigna: “¡Culichi que se respeta, busca la paz completa!”.

Caminaron 200 metros y el contingente se paró frente al edificio de la Fiscalía General de Sinaloa, donde se colocó el altar a Juan Carlos Sánchez Palacios y donde también se pusieron las tres mamparas con fichas de búsqueda, pero ya en otro lado.

“Nos pidieron que quitáramos las fichas”, denunció Cruz Bernal, “pero no las vamos a quitar porque esta es la realidad que vivimos. Les pedimos empatía y que así como salen ahora, salgan también cada 10 de mayo y cada día de los desaparecidos”.

Apenas terminaba de pedir empatía cuando ya anunciaba un pase de lista de las personas desaparecidas.

Un organizador utilizó un altavoz para decir: “Que siga la marcha”. Así pasó y dejaron solas a las madres buscadoras.

“Me dijo que él quería que se viera bonito el altar, no sé por qué, que pusiera una mampara atrás, que no se vieran los desaparecidos que están abajo. Entonces, pues no sé cuál era la intención y yo me resistí, le dije que no, y quería quitarlas, pero lo que hice fue recorrerlas”, comentó Cruz Bernal.

La marcha siguió su paso hacia el Asta Bandera, donde se hizo un posicionamiento en el que se mencionó afectaciones económicas por la violencia en Sinaloa.

Ante publicaciones sobre la denuncia del colectivo Sabuesos Guerreras, García dijo -gritando por teléfono a una de las personas- que eso no pasó.