Nueva York.– Apenas 10 horas antes estuvieron atacándose el uno al otro, llamándose “una desgracia”, “horrible” y “totalmente incompetente”.

Luego, este miércoles por la mañana dejaron a un lado sus espadas políticas y estuvieron parados a unos cuantos pies de distancia uno del uno en uno de los momentos más solemnes del moderno calendario estadounidense.

La vicepresidenta Kamala Harris y el ex presidente Donald J. Trump se unieron al presidente Biden y a otros dignatarios en una travesía que durará un día para visitar los sitios en donde ocurrieron los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 — viajaron por separado pero les rindieron homenaje colectivamente a casi 3 mil personas que murieron ese día devastador hace 23 años en una notable demostración de un sentimiento compartido.

Harris y Trump se saludaron de mano cortésmente en la zona cero en Nueva York durante la mañana después de su feroz debate, siendo la segunda ocasión que se han reunido en sus vidas.

Luego, estuvieron juntos de pie en una tienda de campaña en donde fueron leídos sombríamente los nombres de los que murieron en el World Trade Center por sus familiares, que tenían lágrimas en los ojos.

De pie entre los dos estaba Biden y el ex alcalde Michael R. Bloomberg.

En el otro lado de Trump estuvo el senador JD Vance de Ohio, su compañero de fórmula para el puesto de vicepresidente.

La foto en donde se muestra la unidad después de una noche de un combate entre gladiadores fue, por supuesto, un espectáculo para las cámaras.

Parecía como si no se hubiera perdido el cariño entre Harris y Trump ni entre Biden y Trump.

Aunque la noche anterior, Trump se refirió a Biden como un “hombre débil y patético”, quien está tan decrépito que “no sabe si está vivo” y tuvo que desaparecer de la vista del público desde que dejó la competencia que “a tal grado que ni siquiera sabemos si sigue siendo el presidente”.

Sin embargo, ésta es la muestra de la singular naturaleza del 11 de septiembre y de los traumáticos recuerdos de la nación que los combatientes de la feroz lucha política se sienten atraídos a compartir una tienda de campaña durante una hora.

Ambas partes saben que el que no se aparezca pagará un precio político, así que, se guardaron sus reservas y estuvieron presentes.

No hubo discursos durante las ceremonias, evitando el riesgo de alguna declaración inadecuada.

Una caravana con el actual presidente, el ex presidente, la actual vicepresidenta y el posible vicepresidente en Manhattan realizaron un viaje por separado a Shanksville, Pennsylvania, en donde se estrelló el Vuelo 93 después que los pasajeros y la tripulación atacaron a los secuestradores, que se habían apoderado del avión.

En esta ocasión, Biden y Harris aparecieron primero sin Trump, para dejar coronas en una ceremonia silenciosa y posteriormente visitaron una estación de bomberos para comer pizza y beber cerveza con los parientes de los que murieron y los bomberos de la localidad.