Alejandro Svarch, titular de la Cofepris, afirmó que en la actual dinámica del mercado, los medicamentos pueden ser una solución sanitaria pero también pueden convertirse en una catástrofe económica para las familias.

Por ello resulta imperante transformar al Estado de un mero administrador a un proveedor, un regulador y un responsable de los recursos destinados a la atención sanitaria, dijo el funcionario al participar en la inauguración de la Onceava Conferencia de la Red Panamericana para la Armonización de la Reglamentación Farmacéutica.

“Pero también a que el Estado participe fomentando una política industrial farmacéutica que garantice, que materialice la producción de medicamentos seguros, eficaces, de calidad y de acceso para todas y todos”, agregó.Svarch advirtió que un mercado sin Estado es un mercado negro.

“La lectura que tenemos del medicamento como bien social abarca el fomento de la investigación, el desarrollo, el fomento de la producción, de la fiscalización, de la accesibilidad, de la comercialización y, por supuesto, de la fármacovigilancia”.

En la producción de fármacos, aseguró el comisionado, el Estado debe establecer las pautas para la colaboración público-privada siempre en beneficio del interés común.”En sinergia, los actores del Sistema Nacional de Salud, el sector económico y la industria deben relacionarse y colaborar con una misión compartida, priorizando la protección y la atención de las verdaderas necesidades de salud”, sostuvo.

Alejandro Svarch comentó que tras la emergencia sanitaria por Covid-19, todos los países se vieron en la necesidad de modificar sus procesos regulatorios y en ese sentido, la cooperación internacional representó el ancla para que estuvieran en condiciones de responder a la atención de la pandemia.Por lo que, añadió, resulta estratégica esta red de armonización de la reglamentación farmacéutica y su revitalización.

En su oportunidad, Jorge Alcocer, Secretario de Salud, destacó la relevancia de la armonización regulatoria en la región.”Para entenderlo, basta con recordar dos momentos muy importantes que cimbraron los cimientos de los sistemas de salud a que me he referido, tanto a nivel mundial como regional. Primero, el primero y el cual considero la peor infamia, fue la comercialización de la salud, considerarla como un bien de mercado, llevó al desvanecimiento de los ejes principales de la salud pública como protectora del bienestar de la población”, dijo.

“El segundo, la experiencia de la pandemia por Covid-19, donde vivimos las terribles consecuencias de la mercantilización y corrupción de las estructuras sanitarias públicas, especialmente en el acceso a medicamentos e insumos de máxima necesidad. Esta armonización es el mayor ejemplo de convergencia de diferentes marcos regulatorios y legislativos de salud, desde el respeto por las políticas públicas nacionales y la preocupación común por la salud de la población”.

En la inauguración estuvieron presentes a través de videomensajes Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud, y Alicia Bárcena, Secretaria de Relaciones Exteriores de México.De manera presencial participaron José Moya Medina, representante de la OPS/OMS México; Judit Rius Sanjuan, directora del Departamento de Innovación, Acceso a Medicamentos y Tecnologías Sanitarias, en representación del Secretariado de la Red PARF, y Alfredo Rimoch Lewinberg, representante de la industria farmacéutica nacional.