Estados Unidos informó el martes que ha presentado una queja laboral debido a que México se rehusó a actuar en un caso de supuesto acoso sindical por parte de una empresa mexicana.
La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) dijo que ha presentado una solicitud para establecer un panel de resolución de disputas de conformidad con el Acuerdo de Libre Comercio entre Canadá, Estados Unidos y México, conocido como T-MEC.
El acuerdo comercial estableció mecanismos de resolución rápida para garantizar a los sindicatos el derecho a organizarse en México. Durante décadas, los salarios en México han sido muy bajos debido a que no se ha permitido que los sindicatos se organicen libremente.
Durante los últimos dos años, frente a cerca de 22 solicitudes hechas por Estados Unidos, México generalmente accedió a presionar a las empresas para que cumplan. Pero en enero, se rehusó a actuar en el caso de un centro de atención telefónica que presuntamente amenazó o despidió a organizadores sindicales.
Esta es la segunda vez que Estados Unidos presenta una queja de ese tipo. La primera fue presentada en agosto. De manera interesante, México ha comenzado a rehusar las solicitudes apenas en los últimos seis meses.
En el caso del centro de atención telefónica, el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana afirmó que la empresa, Atento Servicios, amenazó y despidió a empleados que trataban de organizar un nuevo sindicato.
Las autoridades mexicanas reconocieron que se habían producido abusos en el centro de atención telefónica, ubicado en el estado de Hidalgo, en el centro de México, pero dijeron que la empresa había tomado medidas correctivas suficientes. La USTR dijo que no estaba de acuerdo con esa valoración.
El panel de expertos tendría cerca de seis meses para decidir quién tiene la razón en el tema.
En México, en muchos casos, sindicatos de la vieja guardia y a favor de la empresa negociaban contratos amañados a espaldas de los trabajadores. Así que la lucha ahora consiste en tener un sindicato nuevo y más democrático en el lugar de trabajo.
En agosto, la USTR solicitó la resolución de una disputa para decidir en el caso de la mina San Martín en el estado de Zacatecas, en el norte de México. La mina, que produce zinc, plomo, cobre y plata, ha estado en una larga disputa entre dos sindicatos que afirman representar a sus trabajadores.
México dijo que la disputa debería ser resuelta únicamente por tribunales mexicanos debido a que data de 2007, por lo que es anterior al T-MEC, que entró en vigor en 2020.
México cambió sus leyes laborales entre 2012 y 2017, en parte, para lograr que su incorporación al T-MEC fuera aprobada. Las nuevas leyes exigen votaciones secretas en relación con los contratos sindicales.
Los sindicatos de la vieja guardia, confabulados con las empresas, frecuentemente amenazan a los trabajadores con el despido o la pérdida de prestaciones si eligen un sindicato independiente. También realizan votaciones de viva voz, si es que realizan alguna. Cuando se les obliga a participar en votaciones secretas, los sindicatos de la vieja guardia en ocasiones roban las urnas si piensan que van perdiendo.
El gobierno estadounidense ha dicho que espera que las quejas sindicales permitan un día que los salarios en México aumenten hasta asemejarse a los de Estados Unidos, deteniendo la fuga de empleos de manufactura.
Aún hay un largo camino que recorrer para alcanzar ese objetivo. Por ejemplo, en una planta de automóviles del norte de México, un sindicato recién electo logró el incremento del salario mínimo diario a unos 14 dólares al día, pero esa cantidad sigue siendo menor a lo que gana por hora un trabajador automotriz en Estados Unidos.