El juicio por narcotráfico contra el exsecretario de Seguridad Pública de México Genaro García Luna encara sus últimas horas tras el testimonio de su esposa, Linda Cristina Pereyra, que hoy ha justificado los bienes y los ingresos adquiridos por ella y su esposo, desde que se conocieron en 1989.
Pereyra, que compareció como el único testigo de la defensa, subrayó que en 2012, cuando García Luna dejó su puesto tras el cambio de Gobierno, poseían en México una vivienda en Ciudad de México y una casa de campo, además de dos restaurantes.
Asimismo, reconoció que tenían dos motos Harley Davison y dos Ford Mustang, además de un vehículo Land Rover, que según Pereyra, apenas usaban por cuestiones de seguridad.
A preguntas del abogado Florian Miedel, Pereyra habló de la evolución de estos ingresos y de la adquisición de bienes inmuebles, desde que se conocieron y posteriormente se casaron en 1995.
Según su relato, el patrimonio familiar creció de una manera natural y orgánica mediante la compraventa de bienes y negocios, como una papelería o una tienda de artículos de fiesta.
En este sentido, Pereyra insistió en que la familia recurrió a la solicitud de hipotecas y préstamos y que su marido fue ascendiendo y ganando más dinero y que tuvo acceso a un bono, a un crédito gubernamental e incluso recibió 2.7 millones de pesos (aproximadamente 145 mil dólares al cambio actual) al finalizar sus funciones como director de la Agencia Federal de Investigación en 2006, justo antes de ser designado secretario de Seguridad Pública.
En su turno, la Fiscalía intentó sin éxito demostrar que la familia García Luna había mentido en sus declaraciones patrimoniales, y trató de preguntar a Pereyra sobre sus posesiones en Miami (EE. UU.), lo que fue rechazado por el juez Brian Cogan, que preside el caso.