La procesión fúnebre de Isabel II avanza este lunes por el centro de Londres tras el funeral de Estado en la Abadía de Westminster, que se celebró con toda la solemnidad y la pompa para honrar a la reina, fallecida el día 8 a los 96 años.

La Real Policía Montada de Canadá encabezó la marcha del cortejo fúnebre de Isabel II a la salida de la abadía de Westminster, al término del funeral, de camino hacia el arco de Wellington, donde sus restos se transferirán a un coche fúnebre para llevarla al castillo de Windsor, a las afueras de Londres.

Dios salve al Rey
Tras escucharse el himno nacional “Dios salve al Rey”, con que concluyó el servicio religioso, el ataúd de la soberana, colocado sobre una cureña de la Marina, fue tirado por más de cien marineros al son de las gaitas de regimientos escoceses e irlandeses, que llevaban sus coloridos trajes de ceremonial.