Una vez que el observatorio más grande y complejo jamás lanzado al espacio, el Telescopio Espacial James Webb (JWST), revelara las primeras cinco imágenes de prueba a todo color, de ultra alta resolución y precisión sin precedentes, han iniciado oficialmente las operaciones científicas de la misión en lo que se denomina el “primer ciclo” de observaciones que arrojarán imágenes y datos de investigaciones exclusivas e inéditas.

Las primeras cinco fotografías del Webb, presentadas el 11 y 12 de julio pasado, han maravillado al mundo, pero se trataron de imágenes de prueba sobre objetos ya conocidos y observados, que mostraron el potencial y las capacidades del telescopio espacial; sin embargo, es ahora cuando inicia la verdadera aventura científica que durará los próximos 10 o 20 años.

Un grupo exclusivo de científicos de todo el mundo llevará a cabo las investigaciones iniciales que han sido seleccionadas por un comité científico internacional, y durante los siguientes seis meses llevarán a cabo proyectos sobre los cuatro grandes temas científicos de la misión: observar el universo primitivo, la evolución de las galaxias, el ciclo de vida de las estrellas y otros mundos.

Mexicanos en el desarrollo del JWST
Sin embargo, la participación del investigador mexicano no solo se dará en una de las primeras observaciones, sino que formó parte de uno de los equipo de científicos e ingenieros que colaboraron en el desarrollo y la construcción del telescopio espacial, que implicó un costo de 11 mil millones de dólares.

Sánchez Bermúdez formó parte del equipo de científicos encabezado por Anand Sivaramakrishnan, científico de observación del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial en Baltimore (STScI, por sus siglas en inglés), responsable de la óptica avanzada del James Webb, que desarrolló el sistema de control y detección de frente de onda, que localiza y corrige errores en la óptica del telescopio. Participó en el desarrollo del software que analizará los datos interferométricos que reúna el Telescopio Espacial a lo largo de vida útil en el espacio.

Asimismo, trabajó en el desarrollo de un instrumento del telescopio espacial, crucial para generar imágenes de infrarrojo cercano, mismo que fue usado en las cinco imágenes reveladas la semana pasada y que será fundamental para todas sus observaciones; se llama NIRISS (por las siglas en inglés de Instrumento de Imagen en el Infrarrojo Cercano y Espectrógrafo sin Rendija), que le permite al telescopio captar la composición química de los objetos que observa, ya sea una nebulosa, galaxia, estrella o la atmósfera de un exoplaneta.

Sivaramakrishnan recuerda que Sánchez Bermúdez fue parte fundamental de su equipo: “En 2021 capté la atención de los científicos de talla mundial Joel Sánchez, Benjamin Pope y Jens Kammerer, quienes utilizan interferómetros, instrumentos que dividen y recombinan la luz de un objetivo para proporcionar más detalles que una imagen simple. Me ayudaron a ampliar las posibilidades científicas de la nueva máscara que mi equipo colocó en el instrumento NIRISS del James Webb”.

Hace 30 años que inició la idea de la construcción del Webb (en aquel entonces se le llamaba Telescopio Espacial de Nueva Generación), Sánchez Bermúdez todavía no entraba a la escuela primaria, tenía solo cinco años de edad y jamás se imaginó que participaría en el desarrollo de un componente crucial de la misión espacial más ambiciosa de las últimas tres décadas.

Pero esta no es la única participación mexicana: Aida Wofford, del Instituto de Astronomía de la UNAM, Campus Ensenada, fue parte del equipo de científicos e ingenieros que calibraron el espectrógrafo NIRSpec, del Telescopio James Webb.

NIRSpec fue construido para la Agencia Espacial Europea y por Airbus Industries, es una de las herramientas versátiles de Webb para espectroscopía de infrarrojo cercano y puede capturar espectros individuales de docenas de objetos al mismo tiempo que lo hace ideal para estudiar galaxias débiles y extremadamente distantes.