Los cuerpos de los dos sacerdotes jesuitas asesinados hace una semana, Javier Campos y Joaquín Mora, fueron sepultados en el atrio de la iglesia donde perdieron la vida, en la comunidad de Cerocahui, en el estado de Chihuahua.
Las honras fúnebres, que tuvieron lugar pasadas las 14:00 h en el templo San Francisco Javier, fueron lideradas por otros religiosos jesuitas y atendidas por miembros de la comunidad.
Todos, visiblemente afectados por los hechos, depositaron flores sobre los ataúdes de los sacerdotes, abatidos por un presunto sicario.
También murió en el ataque un guía turístico, Pedro Palma, quien fue despedido en una ceremonia íntima el pasado jueves.