“Polvo eres y en polvo te convertirás”: Historia y simbolismo del Miércoles de Ceniza
Aunque en apariencia se trata de una festividad más de los calendarios litúrgicos tanto católico como anglicano, detrás de ella hay un profundo simbolismo y una historia muy interesante en la que vale la pena adentrarnos.
Esta es una pequeña guía con todo lo que debes saber sobre el Miércoles de Ceniza.
¿Qué es el Miércoles de Ceniza
El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, un periodo de cuarenta días para preparar la celebración de la Pascua y la llegada de la Semana Santa.
No obstante, antes de adentrarnos en su estudio es oportuno hacer un recorrido por otros conceptos religiosos que están relacionados con esta celebración y que nos ayudarán a englobar mejor el tema.
Cuaresma: tiempo litúrgico destinado a la preparación espiritual de los fieles para la Pascua. Comienza con el Miércoles de Ceniza y termina antes de la misa de la cena de Jesús, el Jueves Santo. Su duración es de cuarenta días, en alusión al período que Jesús pasó en el desierto de Judea, según la religión.
Semana Santa: es la conmemoración anual cristiana de la Pasión de Cristo. Es un intenso período de actividad litúrgica que inicia con el Domingo de Ramos y termina el Domingo de Resurrección.
Domingo de Ramos: conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, entre una multitud que lo aclamaba. Con esta celebración da inició la Semana Santa.
¿Por que se celebra en miércoles?
Las celebraciones relacionadas con la Semana Santa se calculan con base en los movimientos lunares y de acuerdo al Concilio de Nicea del año 325, la Pascua debía conmemorarse el domingo siguiente al primer plenurio, que ocurre tras el equinoccio de primavera del hemisferio norte.
Para el xiglo IV la duración de la Cuaresma se fijó en cuarenta días y comenzaba seis semanas antes de la Pascua. Siempre caía en domingo y se le llamaba “domingo de cuadragésima”.
Cuando en los siglos VI y VII el ayuno cobró gran importancia como práctica cuaresmal surgió un gran inconveniente: desde los orígenes de la liturgia cristiana nunca se ayunó en domingo por ser “día de fiesta” y estar dedicado a la celebración del Señor.
La solución a este problema fue mover el comienzo de la Cuaresma al miércoles previo. De esta forma, la celebración del Miércoles de Ceniza (que como ya dijimos, se celebra cuarenta días antes de Domingo de Ramos) siempre tiene lugar entre el 4 de febrero y el 10 de marzo.
Simbolismo detrás del Miércoles de Ceniza
Mientras que la temporada más sagrada para los musulmanes es el Ramadán, entre los cristianos el periodo más sacro es el de la Cuaresma, que empieza con el Miércoles de Ceniza y termina en la Pascua, considerado el día más importante de la religión cristiana.
Dentro del catolicismo, la costumbre de imposición de la ceniza es un memento mori (un recordatorio de la muerte), que funciona para que los fieles estén conscientes de la fragilidad de su vida.
La ceniza también era un símbolo de la nulidad de las criaturas ante su Creador, la vanidad de las cosas, la conciencia de la nada, la penitencia y el arrepentimiento. Estas ideas parecen concentrarse en las palabras de Abraham en Génesis 18:27:
“Aunque soy polvo y ceniza me atrevo a hablar a mi Señor”.
Durante los primeros siglos de existencia de la Iglesia Católica, los creyentes que deseaban participar en el sacramento de la reconciliación y querían representar su voluntad de convertirse, se ungían ceniza en la cabeza y vestían con un “hábito penitencial” durante el Jueves Santo.
Hacía el año 384 d.C. la Cuaresma adquirió para los cristianos un sentido penitencial, y a partir del siglo XI la ceniza se coloca al inicio de estos cuarenta días de conversión y penitencia.