El icónico monte Fuji de Japón, declarado Patrimonio de la Humanidad, reabrió este jueves a la escalada tras haber mantenido cerradas todas sus rutas desde el verano pasado como medida preventiva ante la pandemia de COVID-19.

La montaña, de 3,776 metros de altura, reabrió hoy una de sus cuatro principales rutas de ascenso y permitirá la escalada de montañistas hasta el 10 de septiembre, según anunció la prefectura de Yamanashi, que instó a los potenciales visitantes a tener en cuenta la alteración de los servicios de transporte por la pandemia.

La cumbre más alta del país y símbolo sagrado de los japoneses es un volcán activo que se extiende entre las prefecturas de Yamanashi y Shizuoka y cuya subida únicamente está permitida durante la temporada de verano, principalmente los meses de julio y agosto.

Está previsto que una segunda ruta, la que transcurre por el territorio de Shizuoka, se abra el próximo día 10.

Debido a la suspensión de la temporada de escalada del año pasado, el monte había permanecido sin visitantes durante casi dos años.

Los operadores de los albergues de la zona han acondicionado sus instalaciones como medida preventiva de infecciones, transformando sus habitaciones dobles en individuales, reduciendo la capacidad a la mitad y ofreciendo desinfectantes y mascarillas a los visitantes.

En la estación número 8, un total de 21 personas se hospedaron en el establecimiento la noche de ayer para emprender la marcha. El clima lluvioso de este jueves los obligó, no obstante, a un descenso temprano, según información publicada por el diario japonés Asahi.

El Fuji, Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO, atrajo a unos 236,000 alpinistas durante su última temporada abierto, en el año 2019, de acuerdo a datos del ministerio nipón de Medio Ambiente.

En 2020 fue la primera vez desde 1960 que las cuatro rutas hacia la cima de este volcán nipón permanecieron cerradas durante toda la temporada como medida preventiva ante la pandemia.