Un reactor nuclear ubicado en la prefectura de Fukui, centro de Japón, con más de 40 años de antigüedad fue reactivado hoy tras contar con el visto bueno del regulador nipón, y se convirtió en el primero del país de esas características en operar de la era pos-Fukushima.

La unidad número 3 de la planta de Mihama volvió a operar este miércoles después de cumplir las inspecciones necesarias y de permanecer inactivo durante una década a raíz de los nuevos y más estrictos requisitos fijados tras la catástrofe nuclear de Fukushima del 11 de marzo de 2011.

Se espera que el reactor 3, que inició sus operaciones comerciales en 1976, esté activo durante unos cuatro meses antes de volver a ser desactivado debido a la necesidad de adaptarse a otros nuevos requisitos de seguridad para prevenir posibles ataques terroristas, según anunció la operadora de la planta, Kansai Electric Power.

El regulador nuclear nipón concedió en 2016 permiso a esta empresa para reactivar la unidad 3 más allá del nuevo límite de 40 años de antigüedad fijado tras el desastre atómico de 2011, y después de inspeccionar su estado y las medidas de seguridad de las instalaciones.

Un grupo de residentes de zonas cercanas a las instalaciones nucleares han presentado una demanda en un tribunal local dirigida a detener las operaciones del reactor por los riesgos que consideran que acarrea, en línea con otras acciones judiciales contra otras plantas que han logrado revertir los planes de las operadoras.

Otros dos reactores ubicados en la prefectura de Fukui han obtenido el visto bueno del regulador nuclear nipón para operar con más de 40 años de antigüedad, pero por ahora no podrán reactivarse debido a que no cumplieron los trámites para certificar su seguridad antiterrorista.

Tras varios años de “apagón nuclear” en los que algún reactor fue reactivado puntualmente, Japón reanudó en 2015 su sector nuclear tras la crisis de Fukushima. Con la reactivación del de Fukui, son ya una decena los que han vuelto a operar.

Japón confía en que la energía nuclear contribuya a que el país cumpla su objetivo de reducir para 2030 en un 46% sus emisiones de gases de efecto invernadero, y de lograr las cero emisiones en 2050.

La hoja de ruta actual del Gobierno del primer ministro Yoshihide Suga prevé que para 2030 entre el 20 y el 22% de la electricidad del país sea generada por las plantas atómicas. En 2019 generaron el 6.2%.

El país asiático tenía algo más de 50 reactores antes del accidente nuclear y desde entonces 21 han sido desmantelados, por lo que el Ejecutivo japonés considera necesaria la movilización de los reactores envejecidos para alcanzar su objetivo climático.