Bolivia recibió este domingo 228,000 dosis de la vacuna contra coronavirus de Oxford y AstraZeneca mediante el mecanismo Covax de las Naciones Unidas, el primer lote de tres de este tipo que se complementarán en abril para llegar a las 672,000 inmunizaciones.

El cargamento, que arribó a las 15:30 hora local (19:30 GMT) a suelo boliviano, llegó a la terminal de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) contigua al Aeropuerto Internacional de El Alto, ciudad vecina de La Paz.

Una comitiva encabezada por el Canciller del país, Rogelio Mayta, y el ministro de Salud, Jeyson Auza, esperaron la llegada de esta dotación que es la segunda masiva tras recepción a fines de febrero de las 500,000 chinas Sinopharm cuya aplicación aún se desarrolla.

MÁS ENVÍOS DE COVAX
Bolivia “es de los países que más vacunas está recibiendo en esta primera entrega, recibirá un total de 672 mil dosis“, una segunda de 108 mil y otra 338 mil el próximo mes que se suman a las que ya llegaron esta jornada, explicó en una rueda de prensa la representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS-OMS), Alma Morales.

Justamente, la funcionaria fue la encargada de suscribir el acta de recepción de las inmunizaciones con el ministro de sanidad del país, minutos después del arribo de la dotación.

Morales enfatizó que esta vacuna permitirá “llegar con equidad” a las poblaciones más vulnerables como ancianos y principalmente a sitios de difícil acceso gracias a que únicamente necesita una cadena de frío entre los 2 a 5 grados centígrados.

El mecanismo Covax ha identificado a 92 países “más pobres del mundo”, diez de ellos en América Latina, Bolivia incluida, a los que se pretende llegar con estas inmunizaciones para cubrir un importante porcentaje de sus poblaciones, indicó la representante del organismo en salud.

MIRADAS CRÍTICAS
Durante su intervención, el Canciller boliviano destacó la importancia del mecanismo de las Naciones Unidas aunque lanzó algunas apreciaciones críticas en sentido de que “Covax ayuda a que países ricos se laven la cara” y que a escala global “es insuficiente”.

Mayta mencionó que a Bolivia le ha tocado negociar con empresas y farmacéuticas en “condiciones complicadas y difíciles” y en algunos casos ante exigencias de firma de contratos “inaceptables” y dio como ejemplo los acercamientos que todavía se mantienen con Pfizer.

“Las vacunas debieran ser (un) bien común de la humanidad y como bien común deberíamos tratarlas y no como mercancías” enfatizó el ministro de Exteriores.

Autoridades como el viceministro boliviano de Comercio Exterior, Benjamín Blanco, señalaron hace algunos días de que estas vacunas del tipo Oxford y AstraZeneca “no son” del fabricante observado por la Unión Europea por los supuestos efectos secundarios que causaría y que instancias como la OPS recomendaron continuar con la aplicación de esta inmunización.

Desde fines de enero 148,588 personas han recibido la primera dosis de la vacuna y 18,527 la segunda, en base a las dotaciones de inmunización de la rusa Sputnik V y Sinopharm, dirigidas principalmente al personal de salud y los enfermos crónicos.

Bolivia afronta el descenso de contagios tras la segunda ola que afrontó el país a fines de diciembre y que se acentuó en enero y febrero con reportes diarios que superaban los 2.000 casos.

Hace varias semanas, Bolivia registra casos diarios menores a los mil por lo que las autoridades en sanidad han confirmado la desescalada aunque han pedido que se mantengan las medidas de bioseguridad.

Desde el comienzo de la pandemia en el país en marzo del año pasado se han reportado 12,051 muertes y 264,411 casos confirmados de la enfermedad.