La COVID-19, que deja ya más de 600 mil muertos en América, ha acaparado la atención y recursos del continente al punto de poner en riesgo otros temas sanitarios fundamentales, con previsibles “consecuencias catastróficas”, dijo Pedro Porrino, coordinador de Salud en Emergencias para las Américas de la Cruz Roja Internacional. Aunque la organización humanitaria considera primordial afrontar el efecto directo de la pandemia –América registra unos 19 millones de casos (50 % del total global) y más de 600 mil muertes (54 %)-, la preocupación también apunta al impacto secundario: las enfermedades que están dejando de atenderse, la caída en las tasas de vacunación y la interrupción de servicios esenciales de salud.

“Si seguimos abordando de forma casi exclusiva la COVID-19, el largo impacto, las consecuencias tan negativas del impacto secundario pueden ser catastróficas”, subrayó Porrino, médico español y experto de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja (IFRC) con experiencia en intervenciones en crisis humanitarias como la del ébola en África Occidental, el conflicto y refugio en Medio Oriente y ahora la pandemia en América.

Daño colateral por pandemia En entrevista, el especialista en medicina humanitaria abordó ese daño colateral de la pandemia y las opciones para una región marcada por la desigualdad: PREGUNTA: América es ahora la región del mundo más afectada por la pandemia, ¿cuál ha sido el impacto secundario de una crisis de estas dimensiones? RESPUESTA: La crisis sanitaria está golpeando a América de forma extremadamente intensa si la comparamos con otras regiones a nivel mundial. El impacto secundario es enorme y tiene muchísimos aspectos, pero quiero destacar los más importantes como la disrupción de servicios esenciales, de diagnóstico y de tratamiento.

Además, hay un problema de acceso a la salud que viene marcado por la limitación de la movilidad, por la desinformación y por el miedo de los individuos y comunidades a acceder a las estructuras sanitarias (ante la posibilidad de contagiarse con el virus). Estamos viendo también que ya hay un exceso de mortalidad debido, por ejemplo, a la desatención de enfermedades no transmisibles (patologías cardiovasculares, cancerosas y crónicas) durante la pandemia.