Dylan Esaú Gómez Pérez, de dos años de edad, fue localizado en el municipio de Cintalapa, en una comunidad a 150 kilómetros de donde fue secuestrado el pasado 30 de junio. Se encontraba en manos de una mujer que dijo lo quería hacer pasar por su hijo, ya que ella no puede concebir uno propio.
“Gracias Dios ya tengo a mi gordito. Me siento feliz y contenta. Mi niño se encuentra bien, un poco espantado. Ya me reconoció. Todo está saliendo muy bien”, dijo su madre Juanita Pérez.
En conferencia de prensa, el fiscal de Justicia, Jorge Luis Llaven Abarca, dijo que tras 44 días de habérselo llevado desde el Mercado del Sur en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, se localizó a la señora Margarita “N”, quien tenía al niño en la comunidad Las Palmas, del municipio de Cintalapa.
“Lo tuvo en condiciones humanas, se encariñó con el niño”, explicó. Y detalló que de acuerdo a la declaración de la mujer que lo llevó, ella tenía problemas con su pareja debido a la imposibilidad para concebir hijos.
Por ello, planeó el secuestro de un niño “en condiciones de vulnerabilidad”, y durante dos días merodeó el Mercado del Sur, hasta que logró con engaños que dos niños sacaran a Dylan, haciéndole creer que era hijo suyo.
Luego de eso estuvo unas horas escondida en San Cristóbal de Las Casas, y al día siguiente se lo llevó a la comunidad en donde fue localizado.
Sobre la familia a la que originalmente el Fiscal de Justicia acusó de estar involucrada en el secuestro y ser parte de una red de trata que tenía consigo a 23 niños y niñas, Llaven Abarca señaló que a ellos se les investiga por el delito de explotación infantil.
El funcionario dijo que en Chiapas el 90 por ciento de los niños y niñas que han sido secuestrados fue por problemas en las familias donde un miembro de ellas se los lleva; y reportó solo tres casos de secuestro, en los que mujeres querían hacerlos pasar como sus hijos por no poder concebir.