Durante la pandemia cientos de negocios han tenido que permanecer cerrados, pero pagando renta, mantenimiento, servicios y sueldos a sus empleados y sin generar ganancias. Algunos propietarios han tenido que endeudarse para salvar su negocio y otros han cerrado definitivamente.

“Es la primera vez en 83 años que el salón está cerrado, que no hay baile. Si la pandemia continúa mucho tiempo pues lógicamente tendremos que cerrar, no tenemos recursos ilimitados”, dijo Miguel Nieto.

Miguel Nieto es la tercera generación al frente del emblemático Salón Los Ángeles, en el que bailaron personajes como Diego Rivera, Frida Kahlo y Cantinflas, sin embargo, por la crisis de la pandemia agotaron sus ahorros.

Desde hace cuatro meses el Salón está cerrado, por lo que en redes sociales organizaron un evento de recaudación de fondos.

“Si tenemos que escoger entre propiciar que muera más gente o que se enferme más gente, o seguir cerrados pues seguiremos cerrados”, afirmó Miguel Nieto, director del Salón.

Susana y su esposo cerraron su negocio. Hace un año ambos renunciaron a su trabajo para emprender una cafetería, invirtieron más de 100 mil pesos entre liquidación, ahorros y préstamos, pero en abril la crisis los alcanzó.

“Dijimos no si se puede, sí esto, sí lo otro y nos empezamos a endeudar y endeudar, y fueron meses de luchar y de alcanzar ese sueño y de repente se esfuma, cierras la cortina en unos segundos, sacas tus cosas en unos minutos y ya”, dijo Susana Noriega, dueña de Cafetería.

Perdieron toda su inversión y siguen con deudas. Para sobrevivir, ahora tienen que vender los artículos de su cafetería, plantas y artesanías.

“O sea realmente ni siquiera ahorramos porque pues todo lo metimos en la cafetería”, insistió Susana.

Eduardo es otro empresario afectado, se dedica a la renta de locales y tiene un taller automotriz donde las ventas cayeron un 70 por ciento en los últimos meses.

“Recibíamos entre 10 y 12 automóviles al día, hoy llegan dos a veces tres; los locales peor todavía, empezamos por bajar la renta en un 20 por ciento, al segundo mes de la pandemia un 50 y al tercer mes dos se fueron y siguen sin poderse rentar. O sea la verdad que el taller siempre estuvo lleno, como puedes ver ahorita pues hay tres carros, de los tres este es estacionamiento ni siquiera es para una reparación, 20 años y jamás habíamos pasado por una crisis similar”, concluyó el empresario Eduardo Esteban.