La Universidad Autónoma de Coahuila (UAC) atraviesa su peor crisis financiera debido a los recortes que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha aplicado a la educación superior sin considerar sus efectos en la formación educativa ni el futuro de vida de miles de jóvenes.

Actualmente, la UAC tiene pasivos por mil 537 millones de pesos (mdp); y de este déficit se responsabiliza a los gobiernos Federal y estatal, aunque auditores y especialistas han detectado graves irregularidades atribuidas a la mala administración de la institución educativa.

Sin embargo, sus problemas financieros se han agudizado desde que AMLO llegó a la Presidencia de la República en diciembre de 2018, cuando ordenó reducir las asignaciones a las universidades públicas en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de 2019.

El problema se agudizó a tal nivel que, a finales de diciembre de 2021, los trabajadores de la UAC se manifestaron en las calles para exigir el pago de su última catorcena. En esa ocasión, el gobierno de Coahuila tuvo que hacer una aportación millonaria para cubrir este adeudo y para pagar los aguinaldos, cuyo monto fue de 290 mdp.

La universidad pública coahuilense brinda servicios de educación superior y bachillerato a cerca de 30 mil 200 estudiantes a través de 67 unidades académicas en tres sectores: Saltillo, Torreón y Torreón Norte. Cuatro planteles son de bachillerato; 45 son facultades y ocho son centros de investigación especializada.

Su planta docente está integrada por tres mil 77 maestros, de los cuales 804 son de tiempo completo. La Auditoría Superior del Estado (ASE) observó que 620 trabajadores tenían doble función laboral y que cerca 100 tienen dobles plazas de tiempo completo.