El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, encabezó, el martes 1 de marzo de 2022, una ovación de pie para el asediado pueblo ucraniano en un discurso sobre el Estado de la Unión que reescribió para atacar al mandatario ruso, Vladimir Putin, por invadir Ucrania.

“Que cada uno de nosotros, si puede ponerse de pie, se ponga de pie y envíe una señal inequívoca a Ucrania y al mundo”, dijo Biden.

A menudo polarizados en líneas partidistas, demócratas y republicanos se levantaron para aplaudir en su apoyo a Ucrania, muchos ondeando banderas ucranianas y vitoreando en la Cámara de Representantes en su primer discurso formal sobre el Estado de la Unión.

En un alejamiento de sus comentarios preparados, Biden dijo de Putin: “Él no tiene idea de lo que viene”.

Biden buscaba reajustar su presidencia después de un primer año en el cargo marcado por un rápido crecimiento económico y billones de dólares en nuevos programas, pero acosado por la inflación más alta en 40 años y una persistente pandemia de coronavirus.

El discurso anual ante el Congreso le dio a Biden, una plataforma para destacar su agenda, tranquilizar a los estadounidenses preocupados y tratar de impulsar sus bajas cifras en las encuestas en medio de las funestas advertencias de que sus compañeros demócratas podrían enfrentar pérdidas en las elecciones legislativas de noviembre.

El desafío de Biden era mostrar a los estadounidenses que está al tanto de la respuesta de Occidente al período más tenso en las relaciones con Rusia desde que terminó la Guerra Fría hace 30 años.

La invasión rusa a Ucrania ha puesto a prueba la capacidad de Biden para responder rápidamente a los acontecimientos sin enviar a las fuerzas estadounidenses a la batalla. Estados Unidos y sus aliados han lanzado severas sanciones contra la economía y el sistema financiero de Rusia, el propio Putin y su círculo íntimo de oligarcas. Se están planeando más sanciones.

La crisis obligó a Biden, cuya caótico retiro de Afganistán el año pasado provocó muchas críticas, a remodelar el discurso para centrarse en unir a los estadounidenses en torno a un esfuerzo global para castigar a Moscú y apoyar a Kiev.

Lanzó fuertes críticas a Putin en sus comentarios, diciendo que el líder ruso había calculado muy mal cómo se desarrollarían los acontecimientos y que ahora “la economía de Rusia se tambalea y solo Putin tiene la culpa”.

“Pensó que podía entrar en Ucrania y que el mundo se derrumbaría. En cambio, se encontró con un muro de fuerza que nunca imaginó. Conoció al pueblo ucraniano”, dijo. “Desde el presidente (Volodímir) Zelenski hasta todos los ucranianos, su valentía, su coraje y su determinación inspiran al mundo”.