Los médicos y trabajadores humanitarios se apresuraban este lunes a conseguir vuelos o transporte hacia el suroeste de Haití antes de la llegada de una tormenta, con el fin de llegar a áreas arrasadas por el gran terremoto que causó la muerte de al menos mil 297 personas y dejó miles de heridos en la nación caribeña.

El sismo de magnitud 7.2 ocurrido el sábado derribó miles de casas y edificios en el país profundamente empobrecido, que aún se está recuperando de otro gran temblor de hace 11 años y del asesinato de su presidente, Jovenel Moïse, el mes pasado.

Las áreas dentro y alrededor de la ciudad de Les Cayes sufrieron el mayor impacto, lo que ejerció una enorme presión sobre los hospitales locales, algunos de los cuales resultaron gravemente dañados por el terremoto.

El primer ministro, Ariel Henry, dijo que no había tiempo que perder.

“A partir de este lunes, avanzaremos más rápido. La provisión de ayuda se acelerará”, escribió en Twitter.

Multiplicaremos los esfuerzos por 10 para llegar con ayuda a la mayor cantidad posible de víctimas”.

El aeropuerto de Puerto Príncipe el lunes estaba lleno de médicos y trabajadores humanitarios, con vuelos chárter domésticos y privados llenos de equipos humanitarios y suministros que se dirigían al sur.

El acceso al área se ha complicado por meses de agitación política en Haití, que ha dejado a pandillas en control de rutas de acceso clave a partes del país.

La Organización de las Naciones Unidas pidió un “corredor humanitario” para permitir que la ayuda pase a través de territorios controlados por pandillas.

Los trabajadores humanitarios se apresuraban para anticiparse a la llegada de la depresión tropical Grace, que la madrugada del lunes se desplazaba hacia el oeste-noroeste frente a la costa sur de La Española, la isla que Haití comparte con la vecina República Dominicana.

Según las proyecciones del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Grace atravesará las áreas directamente afectadas por el terremoto y podría afectarlas con fuertes lluvias. Los cielos sobre Puerto Príncipe todavía estaban despejados a primera hora del lunes.

Muchos haitianos que perdieron sus hogares han estado durmiendo al aire libre, varios traumatizados por los recuerdos de un terremoto de magnitud 7 hace 11 años que golpeó mucho más cerca de Puerto Príncipe, la capital.