Italia se ha colocado, junto a Alemania, a la cabeza de la Unión Europa en la utilización de fármacos basados en anticuerpos monoclonales para pacientes de riesgo con coronavirus (COVID-19), adelantándose de esta manera a la decisión de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), al haber comenzado a aplicar el tratamiento en casos de emergencia.

La Agencia Italiana del Medicamento (AIFA), junto al Ministerio de Sanidad, anunció la aprobación del uso clínico de emergencia de estos fármacos para pacientes con coronavirus y de riesgo en los primeros días de la enfermedad, reduciendo las posibilidades de complicaciones derivadas de la infección.

Los anticuerpos monoclonales trabajan “bloqueando” al virus en la fase inicial y evitando que penetre en las células en el periodo que comprende los diez primeros días tras la prueba con resultado positivo.

De esta manera, son capaces de evitar complicaciones y hospitalizaciones derivadas de los pacientes que contraigan la COVID-19, explicó el director del Centro de Investigación Farmacológico Mario Negri de Milán (norte), Giuseppe Remuzzi, en una reunión con periodistas extranjeros.

Estos anticuerpos se extraen del plasma de la sangre de un paciente que haya atravesado la enfermedad con una alta carga vírica, se “copian” y se introducen en fármacos creando un tratamiento que, usado “en el momento correcto y en el paciente correcto, son una muy buena idea para aquellos que puedan desarrollar la COVID-19 con mayor gravedad”, añadió.

Remuzzi, con un extenso trabajo de investigación sobre plasma y anticuerpos para salvar a los pacientes más graves, alegó que, pese a que el tratamiento con estos fármacos “acaba de ser aprobado”, los resultados “son efectivos siempre y cuando se empleé en los primeros días de la enfermedad”.

Esta terapia “no obtiene buenos resultados en pacientes que ya padezcan insuficiencia respiratoria o que requieran de oxígeno o respiración asistida a través de un ventilador”, aseguró el investigador.

Por ello, el tratamiento debe aplicarse “en el domicilio del paciente, con la supervisión de un equipo médico”. Estos fármacos, que siguen en constante evaluación y desarrollo, podrían, según Remuzzi, reducir las cifras de una pandemia, que en Italia ya se ha cobrado más de 91 mil vidas.

Según el responsable de microbiología del centro pediátrico Bambino Gesù de Roma, Carlo Federico Perno, gracias a los anticuerpos monoclonales y a la vacunación “ya hay dos métodos efectivos” de controlar esta pandemia y de acabar con ella.

Perno dijo que “el uso de fármacos de anticuerpos monoclonales indica la eficacia de los anticuerpos para reducir la carga viral de la persona infectada” y así mejorar su estado. “El virus es más grave cuando la carga viral es más alta y ya hay medicamentos que pueden reducirla”, añadió el microbiólogo.

La necesidad del control médico del paciente y el alto coste de estos fármacos hace que su uso sea reducido a los pacientes con mayor riesgo y que se lleve a menor escala que la vacunación, cuyo precio oscila entre dos y cinco euros y que, según Remuzzi, si se lleva a cabo con rapidez permitirá reducir la posibilidad de que “el virus siga mutando y surjan nuevas variantes”.