Corea del Sur comenzó a imponer multas de 100 mil wones (unos 75 euros/90 dólares) a todo aquel que no lleve cubrebocas en sitios públicos a partir de este 13 de noviembre, esto con la finalidad de frenar la expansión del coronavirus el mismo día en que el país reportó su mayor número de casos diarios en 70 días.

En ciudades como Seúl, funcionarios públicos acudieron a las paradas de autobús y metro más transitadas, así como, en algunos edificios públicos y establecimientos como cafeterías para recordar a la gente el uso obligatorio y correcto del cubrebocas.

Los menores de 14 años y aquellos que demuestren que por problemas de salud no pueden llevarla quedan exentos de las multas.

También se permite no llevar mascarilla si se está caminando o haciendo ejercicio en parques siempre que se respete la distancia de seguridad.

Por otro lado, se multará a aquellos locales que no informen a los clientes de la obligatoriedad de mantener puesto el cubrebocas o se esté comiendo o bebiendo con 1.5 millones de wones (1.140 euros/1.348 de dólares) y con 3 millones (2.282 euros/2.695 dólares) si la infracción se repite.

La norma ha entrado en vigor el día en el que Corea del Sur reportó 191 nuevos casos de COVID-19 (jueves 13 de noviembre), la mayor cifra desde el pasado 4 de septiembre.

El primer ministro, Chung Se-kyun, advirtió que si esa tendencia continúa las autoridades se verán obligadas a endurecer el actual nivel de distanciamiento social, que en la mayor parte del país se encuentra en el escalón 1, el más permisivo de todos.

El país asiático anunció recientemente una revisión de esta escala, que ahora cuenta con cinco niveles pensados para tratar de atajar el contagio dañando la economía lo menos posible.

Gracias a su exhaustivo sistema de rastreo de contactos, su buena capacidad para testar y su esquema de hospitalización integral, Corea del Sur es uno de los países que mejor ha manejado hasta ahora la pandemia.

Hasta el momento suma poco más de 24 mil contagiados y 487 fallecidos por COVID-19.