La suma de voluntades de empresarios, especialistas y sociedad civil, así como de profesionales permitirán apoyar a personal de salud durante la pandemia por Covid-19, esto al instalar un pabellón de vivienda temporal en el Hospital Central de la Cruz Roja en la Ciudad de México.

El proyecto de arquitectura de emergencia es el primero en su tipo en el país en los últimos 25 años, que tiene como objetivo brindar un espacio de descanso y de aseo seguro a trabajadores sanitarios quienes lamentablemente han sufrido agresiones en la vía pública, al trasladarse a su hogar e incluso en sus viviendas.

Dicho espacio, también ayudará a evitar el contagio del virus a sus seres queridos al poder pernoctar en su lugar de trabajo.

Así lo expresaron en entrevista vía WhatsApp, el coordinador general del Pabellón de Vivienda Temporal para trabajadores sanitarios, Raúl Alfaro y el asesor técnico del mismo, Ángel Edgar Germán Álvarez.

Desde abril pasado cuando la pandemia fue declarada emergencia sanitaria y su ingreso a la fase 3, nació la idea del proyecto, los 12 primeros módulos se prevén estén habilitados entre el 8 y 13 junio, se informó.

Módulos
La vivienda temporal se armará en un módulo de 7 metros cuadrados, lo equivalente a medio cajón de estacionamiento, el cual se construirá a base de materiales comunes como madera, lámina y caja de refrescos, explicó Alfaro.

Una de las características de los cubículos es que podrán ser armados, desarmados, transportables y reutilizables, prácticos para futuras emergencias o contingencias que atienda la Cruz Roja Mexicana.

“Surge de la necesidad de la pandemia y de las agresiones a los médicos, y del miedo que se tiene de los médicos al llegar a casa contagiar a la familia con el virus”, afirmó Germán Álvarez, quien es médico y catedrático de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) desde 19 años.

Sumado, a que el personal solo descansa un momento y luego debe retornar a la batalla contra el virus, agregó.

“Son de aproximadamente siete metros cuadrados, es un lugar en donde pueden estar de manera privada, descansar, asearse, guardar algo de su ropa y no llevar la enfermedad a su casa, además de cargar baterías”, mencionó el profesor.

Dichas áreas se destinarán a personal de urgencias, medicina interna y especialistas como intensivistas o urgenciólogos, además de paramédicos que se encuentran el área Covid, detallaron.

Dentro de la planeación el parte de afuera de los cubículos la colocará la ropa que deberá ser lavada y al interior se encontrará la limpia.

“El personal que recoge la ropa sabe cómo manejarla para sanitizar y no haya riesgo biológico, así el médico encontrará sus prendas limpias sin ningún problema”, indicó el profesor.

La vivienda temporal, contarán con un tanque de agua clorada, la fue una aportación del doctor Germán para evitar la trasmisión del virus en la cañería y un calentador, subrayó el coordinador.

Replicados y reutilizables
De igual manera, se busca que los módulos sean replicados en las 555 delegaciones de la Cruz Roja Mexicana, al descargar los planos y manuales de armando disponibles en el portal de la institución, dijo.

“Estos módulos se están donando a la Cruz Roja tienen la facilidad de ser guardados y ser reutilizados en otras emergencias puesto que la vocación de la Cruz Roja es atender las emergencias naturales o sociales, son los primeros en ayudar”, reiteró Alfaro.

Puntualizó que en ese lugar los cubículos permanecerán tres meses luego de desmontarán, y será acervo de la institución.

El reto fue mayúsculo al ser un proyecto sanitario ya que se debía cumplir y seguir al pie de la letra con protocolos de diseño en la materia, afirmó Alfaro.

“La sanitización se hará con base en los tres baldes, se usan materiales fáciles de sanitizar son resistentes al cloro y al agua, la pintura a aplicarse es antibacteiral, el cual es un desarrollo nuevo del comex”.

2da fase
Se anticipó que habrá una segunda fase de los cubículos, a instalarse en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), en atención a personal de ese hospital del gobierno federal.

Jóvenes
En el proyecto en general participaron jóvenes, uno de ellos es el arquitecto encargado del mismo Andrés Bustamante, de 31 años de edad.

Se aclaró que el trabajo de cada uno de los participantes es voluntario para contribuir así en la pandemia por el nuevo coronavirus, el cual fue impulsado por cuatro organizaciones, la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores Forestales, la Asociación Nacional de Proveedores de la Industria Maderera y Mueblera, la Cámara Franco-Mexicana de Comercio e Industria y la firma REVOLUTION Arquitectura, en beneficio de la Cruz Roja Mexicana.

Además de un grupo de donantes conformado por particulares del país y de carácter internacional quienes aportaron los recursos e insumos necesarios para materializarlo.